Por qué aplicar retinol (retinoides) moderadamente

Con frecuencia escucho a dermatólogos decir que, para prevenir el envejecimiento de la piel, una vez que introduces retinol (u otros retinoides) en tu rutina de cuidado de la piel, idealmente deberías aplicarlos cada día. Comparto aquí por qué esa pauta podría no ser óptima, basándome en la ciencia, en mi conocimiento de la biología de la piel, y en mi experiencia con los retinoides tópicos.


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¡Hola a todos, bienvenidos! Vayamos a la raíz del asunto, es decir la frecuencia óptima de uso de retinol y otros retinoides tópicos para prevenir el envejecimiento de la piel. 

Mi experiencia con retinoides tópicos

Yo introduje los retinoides tópicos en mi rutina de cuidado de la piel facial hace más de un año (en febrero de 2021) después de que mi dermatóloga lo sugiriera para ayudar a mi piel a recuperarse tras algunos episodios de acné rosácea (y, por qué no, para preservar la juventud de mi piel). Me recetó ácido retinoico (tretinoína, al 0,015%). Lo apliqué una noche por semana durante varios meses.

Mi piel se sentía bien después de ese periodo. La tretinoína no me provocó sequedad cutánea. También es cierto que no es fácil llegar a ese punto con una dosis baja de tretinoína (al menos en mi caso, ya que tengo la piel bastante grasa).

Así que eso no fue un problema para mí (podría serlo para otras personas, puesto que los retinoides pueden causar sequedad cutánea). Mi piel maneja los retinoides bastante bien y no tiende a irritarse por los mismos.

Ilustración: estructura química del ácido retinoico todo-trans (tretinoína), forma biológicamente activa de los retinoides [como el retinol o el retinaldehído (retinal)].

No obstante, me di cuenta de que la típica descamación excesiva de la piel que normalmente acompaña el inicio de un régimen con retinoides no desaparecía del todo, tal y como yo esperaba tras esos meses iniciales.

Así que decidí que era el momento de cambiar a otra forma de retinoide (específicamente, retinaldehído o retinal) con la que sentirme más cómoda ahora que las dificultades de la rosácea estaban bajo control. 

Por cierto, si quieres saber más sobre los tipos principales de retinoides que puedes comprar y cómo actúan dentro de la piel puedes echar un vistazo a mis artículos Arranca tu rutina con retinoides y Por qué debes usar retinoides en verano.

Entonces, empecé a usar retinal una vez a la semana. Progresivamente aumenté la frecuencia de uso hasta llegar a tres veces por semana (puedes ver el método que utilicé en mi artículo Arranca tu rutina con retinoides). 

Foto de los productos con retinal al 0,1% y 0,05% (para las zonas más sensibles) que yo utilizo. Son de la marca Geek & Gorgeous.
Productos con retinal al 0,1% y al 0,05% (para las zonas más sensibles) que yo utilizo (más información en los enlaces de abajo).

A-Game 10. 0.1% Retinal Serum de Geek & Gorgeous

A-Game 5. 0.05% Retinal Serum de Geek & Gorgeous

Por supuesto, inicialmente, tras pasar de ácido retinoico a retinal (que actúa de un modo más indirecto), todo iba como la seda (no percibía ninguna descamación extra de la piel).

Pero, cuando pasé a las tres veces por semana, comencé a percibir de nuevo la descamación acelerada de la piel. No demasiada. Pero suficiente para molestarme, ya que algunas áreas faciales no eran el pulido lienzo que deseaba los días que decidía maquillarme.

Entonces reduje la frecuencia de uso de retinal a dos veces a la semana y, eventualmente, a una vez a la semana (el dulce punto donde estoy y donde planeo quedarme por ahora, e incluso a medio y largo plazo).

Durante todo ese proceso, no paraba de cuestionarme si la aplicación de un retinoide todo el tiempo no causaría problemas cutáneos a largo plazo. Me refiero a la aplicación diaria (o casi diaria) por periodos prolongados (año tras año), como algunos dermatólogos sugieren.

Pienso que, a pesar de todos los beneficios que los retinoides sin duda tienen sobre la piel, su uso moderado podría ser más beneficioso a largo plazo. A continuación te cuento por qué.

Equilibrando la renovación y el agotamiento de la piel

Células madre

Los órganos y sistemas en nuestro organismo tienen una capacidad intrínseca para regenerarse y recuperarse de daños o heridas. Algunos de ellos lo hacen más frecuentemente o de forma más rápida que otros. Ello es posible gracias a la presencia de células madre específicas de tejido.

Dichas células se auto-renuevan y proveen al tejido en cuestión de nuevas células para regenerarse. En otras palabras, cuando las células madre se duplican (mira la imagen debajo), frecuentemente una de las células resultantes permanece como tal (mantiene su capacidad de auto-renovarse y sigue formando parte de la reserva de células madre de ese tejido) y la otra pierde la capacidad de auto-renovación (se diferencia) y asiste en la reparación o regeneración del tejido.

Ilustración: división asimétrica de células madre. Una célula madre se divide. Tras la división celular se genera una célula madre (con capacidad de auto-renovación) y una célula diferenciada (que no tiene la capacidad de auto-renovarse).

La epidermis (o capa más externa de la piel) se auto-renueva cada pocas semanas a lo largo de toda nuestra vida. Y además, está en contacto con el entorno (constantemente expuesta a posibles daños). Por ello, tiene un tremendo potencial para repararse y regenerarse continuamente, gracias a las células madre.

Efectos de los retinoides en las células madre epidérmicas

Como puedes ver en la imagen inferior, la epidermis comprende varias capas de células llamadas queratinocitos (porque contienen la proteína queratina). La capa basal (la más interna, situada justo por encima de la dermis) es el hogar de las células madre epidérmicas o queratinocitos basales. Estas son células altamente proliferativas (crecen y se multiplican).

Aproximadamente cada tres o cuatro semanas, parte de esos queratinocitos basales se vuelven menos proliferativos. Y migran hacia arriba, a través de las distintas capas epidérmicas, hasta que alcanzan las capas más externas, donde mueren (pasando a formar parte del estrato córneo, que conforma la superficie de la piel).

Ilustración: estrato córneo y capas inferiores de la epidermis (incluyendo la capa basal).

Esas células muertas se descaman constantemente de la superficie cutánea (así la piel se renueva). Ese proceso que sufren los queratinocitos desde que se vuelven menos proliferativos hasta que se mueren se llama diferenciación (de los queratinocitos).

Las células madre epidérmicas son también requeridas para curar heridas. Esta es otra razón por la que necesitamos contar con un reserva de células madre.

Ilustración de las capas de la piel y la diferenciación y renovación continua de la epidermis (se ve cómo el estrato córneo se descama constantemente). Adaptada de Uy Gonzales and Fuchs, Dev Cell, 2017.

La forma biológicamente activa de todos los retinoides, el ácido retinoico, se une a los receptores de ácido retinoico dentro de las células madre epidérmicas y estimula el crecimiento celular.

Como resultado, la capa basal de la epidermis se hace más gruesa, más compacta y organizada. Y lo mismo ocurre con el resto de capas epidérmicas (incluyendo la más superficial, el estrato córneo). Puedes ver esto en la imagen debajo.

Foto de piel sin tratar y tratada con ácido retinoico: el ácido retinoico incrementa el grosor de la capa basal y el resto de la epidermis (que adquiere una morfología más compacta y ordenada).

Por lo tanto, los retinoides hacen que las células crean que se encuentran en tiempo de abundancia: estimulan el crecimiento y diferenciación organizados de las mismas.

Ese crecimiento y renovación epidérmica mejorados son beneficiosos puesto que incrementan el grosor de la piel y promueven la juventud epidérmica. Además, favorecen una eliminación más rápida de células que podrían haber adquirido mutaciones (por ejemplo, por la exposición solar) y que, por tanto, podrían dar lugar a cáncer de piel.

Pero existe un potencial riesgo en todo esto.

¿Podemos potenciar continuamente la renovación de la piel sin generar su desgaste?

Como dije antes, debido a su función protectora y a su necesidad de renovación constante, la epidermis tiene gran una gran reserva de células madre, que da lugar a muchísimas células nuevas a lo largo de nuestra vida.

Pero las células madre, como otros tipos de células, también envejecen. Frecuentemente a través de determinadas modificaciones en el ADN, o cambios epigenéticos. Además, sabemos que incluso las células madre de la piel (y no solo aquellas presentes en órganos con una menor necesidad de renovación) pueden llegar a agotarse.

Después de muchas divisiones (duplicaciones) las células madre pueden llegar a un punto en el que no se auto-renuevan más: se diferencian y mueren. O entran en un estado de senescencia, en el que no se vuelven a dividir.

De hecho, existe evidencia de que en el humano promedio (que no se aplica retinol de forma regular), el número de células madre cutáneas disminuye con la edad: cuanto mayor eres biológicamente, menor potencial de auto-renovación y reparación de heridas tiene tu piel.

Fotografía:manos con piel biológicamente joven junto a manos con piel biológicamente mayor. Una edad biológica más avanzada implica una menor capacidad de auto-renovación.
Manos con piel biológicamente joven (derecha) abrazan manos con una piel biológicamente mayor.

Uno podría argumentar que el uso regular de retinoides tópicos podría ayudar a retener una mayor reserva de células madre en la piel a largo plazo. Y parece que eso hacen. No obstante, no sabemos qué sucede cuando aplicas retinoides sin descanso.

Cuanto mayor es la edad biológica de tu piel, menor es el potencial de auto-renovación y reparación de heridas de la misma.

Existe la posibilidad de que, eventualmente, el uso ininterrumpido de retinol por periodos prolongados (cada día, año tras año) pueda conducir a un envejecimiento y agotamiento significativos de células madre cutáneas.

Ello precipitaría tarde o temprano un deterioro cutáneo. Y comprometería la función de barrera y la belleza de la piel. E incluso su capacidad intrínseca de curación de heridas.

¿Cómo podemos aprovechar los beneficios de los retinoides tópicos durante toda la vida?

No está claro si la aplicación continua de retinoides puede conducir al agotamiento de células madre cutáneas y a un envejecimiento acelerado de la piel en un estado más avanzado de la vida. 

Y ya se obtienen indudables beneficios de prevención del envejecimiento cutáneo e incluso de rejuvenecimiento de la piel con una aplicación más espaciada de los retinoides (no todos los días).

Así que, puede que sea mejor una estrategia más moderada. No pisar el pedal siempre a todo gas. Y usar retinoides solo una o varias veces a la semana, por ejemplo.

E incluso tomar un ligero “descaso de retinoides” de vez en cuando.

Fotografía de una mujer de edad cronológica avanzada con una piel joven y sana.

De lo contrario, la piel se comporta como si hubiera un perpetuo periodo de abundancia o crecimiento (señalizado por los retinoides). Pero la escasez puede llegar (en alguna forma de desgaste de las células madre). ¿Lo siguiente? Notas que los retinoides no funcionan tan bien, y podrían comenzar los problemas en la piel (como el envejecimiento acelerado).

Es solamente una hipótesis. Pero existen razones para creer que podría ocurrir.

Utilizando retinoides tópicos con menor frecuencia podrías evitar un desgaste significativo de las células madre a largo plazo. Y al mismo tiempo retener una reserva superior de células madre cutáneas (en comparación con alguien que no usa retinoides regularmente).

Y así probablemente extender los beneficios de los retinoides tópicos (y una piel bonita y sana) para toda la vida.

¿Con qué frecuencia te aplicas retinoides?

¿Te pareció interesante este artículo?

¡Comenta debajo!

Nos vemos pronto,

María

Para tu referencia:

The hallmarks of aging. López-Otín C et al., Cell, 2013; 153(6): 1194-217.

Molecular mechanisms of retinoid actions in skin. GJ Fisher and JJ Voorhees, FASEB J, 1996; 10(9): 1002-13.

Skin and its regenerative powers: an alliance between stem cells and their niche. KA Uy Gonzales and E Fuchs, Dev Cell, 2017; 43(4): 387-401.

Stem cell aging: mechanisms, regulators and therapeutic opportunities. J Oh et al., Nat Med, 2014; 20(8):870-80.

When stem cells grow old: phenotypes and mechanisms of stem cell aging. MB Schultz and DA Sinclair. Development, 2016; 143(1): 3-14.

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